El cambio climático es uno de los desafíos globales más importantes de
nuestro tiempo, ya que no conoce fronteras y afecta a todos los países
independientemente de su nivel de desarrollo.
Según el informe de la Organización Meteorológica Mundial y la Oficina de
las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), la
mitad de los desastres ocurridos entre 1970-2019 fueron desastres
relacionados con el aire, el clima y el agua; en este contexto, se
registraron 11.000 desastres en todo el mundo, 2 millones de personas
perdieron la vida como consecuencia de estos desastres y se produjeron
pérdidas económicas por valor de 3,64 billones de dólares.
La evidencia científica demuestra que el cambio climático está aumentando
en intensidad día a día y representa una amenaza para la humanidad. En los
informes publicados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (IPCC) se advierte de que el cambio climático es una
"alarma roja" para la humanidad. En la edición de 2022 del Informe sobre la
Brecha de Emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), que se publica cada año, se llama la atención sobre el
hecho de que, si no se toman medidas adicionales, la temperatura global
aumentará 2,8 grados centígrados a finales de siglo con los proyectos
actuales para combatir el cambio climático, y si se aplican las
Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) condicionales e
incondicionales, la temperatura global aumentará 2,6 y 2,4 grados
centígrados, respectivamente.
La cuenca mediterránea, donde se encuentra Türkiye, se define como una de
las regiones más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático.
Según el Informe de la Red Mediterránea de Expertos en Cambio Climático
Ambiental, la región mediterránea está expuesta a un aumento de temperatura
un 20% superior al de otras regiones del mundo. Para 2040, se estima que el
aumento de la temperatura en el Mediterráneo alcanzará los 2,2 grados
centígrados. Además, el 1er Informe de Evaluación del Mediterráneo sobre el
Cambio Climático y Medioambiental en la Cuenca Mediterránea (MAR1)
publicado en 2020, afirma que el nivel medio del agua del mar en el
Mediterráneo ha aumentado 6 cm en los últimos 20 años y que este aumento
puede pasar de 43 cm a 84 cm en 2100.
Türkiye ha empezado a verse afectada por los aspectos negativos del
calentamiento global, especialmente la disminución de los recursos hídricos
y la desertificación, con el consiguiente deterioro ecológico. Los
recientes eventos climáticos extremos que han ocurrido en nuestro país son
los indicadores más importantes de ello.
En el ámbito de la lucha contra el cambio climático, la transición a una
economía baja en emisiones de carbono a nivel mundial prevé una
transformación fundamental que cambiará el estilo de vida de las personas y
sus métodos de producción y fabricación. Por tanto, los esfuerzos de lucha
contra el cambio climático y de adaptación no deben verse como un problema
puramente medioambiental. En realidad, esta lucha puede ser decisiva para
las estrategias de crecimiento, las políticas energéticas, los programas
sanitarios y agrícolas, el uso del agua, la seguridad alimentaria, la
transición a una economía baja en carbono y los objetivos de desarrollo
sostenible que deben perseguir los países, y puede ser decisiva para su
desarrollo. Para alcanzar estos objetivos, es importante que los países
desarrollados cumplan sus compromisos en materia de financiación,
transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades.
Para evitar evoluciones negativas y compensar los daños causados, para
proporcionar un medio ambiente limpio a las generaciones futuras, Türkiye
lleva a cabo estudios y acuerdos que no perjudiquen sus objetivos de
desarrollo, fomenta la cooperación bilateral y participa activamente en
estudios regionales e internacionales.