Como se viene comprobando en la historia del conflicto palestino-israelí, cuanto más continúe Israel oprimiendo a los palestinos y destruyendo sus libertades básicas, más se defenderán los palestinos sus derechos colectivos e individuales y más resistencia enfrentará Israel.
El origen del problema actual procede de la actitud ocupante, la mentalidad expansionista y las acciones opresivas de Israel, que desprecian por completo la ley, los derechos humanos y los principios universales.
Los ataques brutales de una potencia ocupante contra la población civil no pueden considerarse de ninguna manera legítima defensa.