Los ataques de Israel contra Damasco, tras sus intervenciones militares en el sur de Siria, constituyen un acto de sabotaje contra los esfuerzos de Siria por garantizar la paz, estabilidad y seguridad.
El pueblo sirio tiene ahora una oportunidad histórica para vivir en paz e integrarse en el mundo.
Todas las partes interesadas comprometidas con aprovechar esta oportunidad deben contribuir a los esfuerzos del Gobierno sirio por restablecer la calma.