Política exterior de Turquía durante la era de Atatürk

“Paz en casa, paz en el mundo”

Mustafa Kemal Atatürk, el gran líder de nuestra Guerra Nacional de Independencia, quien fue el pionero de las revoluciones y reformas que fundaron la Turquía moderna, apareció por primera vez en la etapa de la historia a través de su genio militar, aunque las características que lo hacen inmortal en los corazones del pueblo turco y lo colocan en una posición privilegiada entre los líderes más importantes del mundo, son su habilidad política, el auténtico éxito que mostró en el campo de la gobernanza y su visión pacífica y democrática, que sigue siendo válida hoy en día. En este ámbito, la visión de política exterior adoptada por Atatürk, la meta establecida con su máxima de “Paz en casa, paz en el mundo” y las firmes políticas que siguió en esta dirección han constituido los factores más importantes que han permitido que la República de Turquía ha alcanzado a la posición actual.

Atatürk quien seguía de cerca los acontecimientos internacionales, la diplomacia y la política exterior desde su juventud, era consciente de que la República de Turquía, cuyo establecimiento soñaba en aquellos tiempos, podría alcanzar una posición bien merecida entre las naciones modernas sólo con una política exterior efectiva y relaciones exteriores sobre una base sólida. Por esta razón, la política exterior y la posición de Turquía en el ámbito internacional siempre han sido una alta prioridad para Atatürk. Pensó que el futuro de Turquía dependía de una visión sólida y de firmes políticas para seguir en esta dirección.

Atatürk abordaba cada tema principalmente bajo la lupa del racionalismo y el realismo. Esto también se reflejó en su visión de política exterior. Por lo tanto, la postura de la política exterior adoptada durante la ardua Guerra Nacional de Independencia fue coherente, en primer lugar, con el objetivo principal de establecer un Estado turco independiente dentro de las fronteras nacionales. Esta actitud, rechazando las inclinaciones aventureras y expansionistas sin comprometer la independencia, dejó su huella en una serie de desarrollos que aseguraron la independencia incondicional de la República de Turquía, desde la declaración inaceptable de las disposiciones postuladas en el Tratado de Sèvres y el Armisticio de Mudros hasta la negociación y aplicación del Tratado de Lausana que no hace concesión a los intereses nacionales.


“Una dirección de paz que tiene como objetivo la seguridad de Turquía y que no está en contra de ninguna nación siempre será nuestro principio”

El objetivo principal de la política exterior turca fue lograr la independencia a través de la lucha militar y diplomática contra los Estados beligerantes de esa época. Después, el principio fundamental de la política exterior de Turquía se definió como “paz”. Este objetivo ha encontrado su mejor expresión en la máxima de Atatürk “Paz en casa, paz en el mundo” y hoy sigue siendo el principio rector básico de nuestra política exterior.

De acuerdo con este objetivo, se realizaron esfuerzos para crear un entorno regional e internacional de seguridad y estabilidad que permitiera a Turquía desarrollar su gran potencial en todos los campos. Asimismo, la República de Turquía, que se fundó sobre los valores modernos, fortaleció sus relaciones amistosas con países que comparten los mismos principios para convertirse en un Estado de derecho secular, democrático y social. Mientras estaba realizando esto, no fue rehén de los problemas del pasado y se extendió una mano amistosa y cooperativa a todos los países, tal y como exigen los intereses de Turquía. El ejemplo más concreto de esto es que Turquía puso fin al antagonismo hacia los Estados occidentales contra los cuales condujo su lucha de independencia, tratando de beneficiarse al máximo posible de las oportunidades que ofrece la paz y sentando bases sólidas para las relaciones con estos países que se fortalecerían más en el futuro.

Además, en este período, el valor atribuido a la paz por la joven República de Turquía que salió de batallas duraderas, se reflejó en todos los campos de la política exterior. En este marco, todos los problemas debían resolverse a través de la diplomacia y las negociaciones teniendo en cuenta los intereses mutuos. La participación de Turquía en el año 1929, en el Pacto Kellog-Briand, que estipulaba que todos los desacuerdos debían resolverse siempre por medios pacíficos, constituye un reflejo natural de esta comprensión. Del mismo modo, la resolución de varios asuntos desde los problemas turco-griegos hasta Mosul, desde Hatay hasta la cuestión del Estrecho de forma pacífica mediante la diplomacia constituyeron los ejemplos más notables de la diplomacia realista implementada a la luz de las condiciones de la época, así como la importancia que la política exterior turca concedía a la paz.

Gracias a esta política exterior equilibrada y racional perseguida durante su período más débil en términos militares y económicos, Turquía reforzó su soberanía sobre los Estrechos Turcos y se mantuvo la integridad geopolítica y estratégica del país, así como Hatay, que formaba parte del Pacto Nacional, se integró a Turquía sin guerras y se logró una mejora que no se había visto hasta entonces en las relaciones turco-griegas y dio como resultado un período de amistad y cooperación entre los dos países, que también se extendió por los Balcanes. Con respecto a la cuestión de Mosul, se aceptó el arbitraje de la Sociedad de las Naciones en lugar de los actos unilaterales. Como resultado de esto, aunque Mosul no fue anexado a Turquía, esto demostró muy claramente su respeto por el derecho internacional y la paz. Por lo tanto, Turquía se convirtió en el único país invitado a la Sociedad de las Naciones sin presentar su propia solicitud y se incorporó a la organización en el año 1932.


“La eliminación de disputas debería ser el principal deseo de la humanidad civilizada”

Por lo tanto, las características más importantes de la política exterior turca durante la era de Atatürk son su carácter pacífico, su realismo, la gran importancia que atribuye al derecho internacional y la legitimidad, la prioridad que concede a la cooperación y el diálogo regionales e internacionales. Además, otra característica notable de Atatürk fue su capacidad para seguir de cerca los acontecimientos en el ámbito internacional, prever su evolución con precisión y tomar las medidas oportunas que se consideraran necesarias en interés de Turquía.

En este marco, Atatürk que evaluaba a fondo los desarrollos en el mundo y especialmente en Europa, predijo años antes de que una nueva guerra mundial estallara. En sus debates y declaraciones se refirió a esta cuestión ya en 1932. En un momento en que el Partido Nazi llegó al poder en Alemania e Italia hizo esfuerzos para expandirse al Mediterráneo y los Balcanes, y los Estados europeos estaban involucrados en una carrera armamentista, Atatürk aceleró esfuerzos de cooperación regional para analizar con precisión estos desarrollos que amenazaban la paz mundial y el proceso que dirigió a la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, el 9 de febrero de 1934, se firmó la Entente de los Balcanes (Entente balkanique) entre Turquía, Grecia, Yugoslavia y Rumanía, y el 8 de julio de 1937 se firmó el Pacto de Sadabad entre Turquía, Irán, Irak y Afganistán. Por lo tanto, Turquía tomó medidas importantes para garantizar la seguridad y la cooperación tanto en el este como en el oeste en un período en que todo el mundo se veía arrastrado a una nueva guerra sin cuartel. Además, Turquía preparó el camino para la política de neutralidad que seguiría durante la Segunda Guerra Mundial.

Los logros de la política exterior de los primeros años de la República fueron el resultado de las políticas de Atatürk quien analizó con precisión el período, dio la vuelta a la situación a la espera de que las condiciones maduraran y actuó en cooperación con todos los países de acuerdo con los intereses del país. En consecuencia, la República de Turquía estableció un entorno externo que permitiría que las reformas exhaustivas y las revoluciones se arraigaran en el país y podía movilizar su energía y sus recursos en este sentido. Por la misma razón, la República de Turquía, nacida de las cenizas de un imperio, podía centrarse en su futuro en vez de pensar en su pasado, determinar sus intereses con calma y con sentido común, así como dar los pasos necesarios con valentía. Gracias a sus características y logros, la política exterior de la era de Atatürk ha sido un ejemplo para muchos otros países. Además, se convirtió en un modelo exitoso que testifica que la garantía esencial de independencia y bienestar era la paz, no la guerra.

Estos principios e inclinaciones fundamentales de la política exterior de la era de Atatürk constituyen la base y arrojan luz sobre la actual política exterior turca. De hecho, también hoy, Turquía quiere lograr la paz, la estabilidad y la seguridad en la medida de lo posible empezando desde su vecindario. Además, aspira a garantizar que todos los países se conviertan en una parte indispensable de un área común de prosperidad con una mentalidad de que todos ganan y en línea con los intereses mutuos. De conformidad tanto con los cambios recientes en el entorno internacional como los desarrollos positivos que aumentan sus medios y posibilidades, Turquía exhibe un enfoque más activo en esta dirección y da pasos firmes de acuerdo con el objetivo y la visión establecidos por Atatürk.

Por lo tanto, nuestros esfuerzos de política exterior se centran en el establecimiento de un orden político, económico y social justo y sostenible del que todas las partes se beneficiarán por medio del diálogo político, la cooperación económica y la armonía cultural en el mundo, comenzando por nuestra región. Continúan resueltamente nuestros esfuerzos a tal efecto. De hecho, el principio de “Paz en casa, paz en el mundo” de Atatürk sigue constituyendo el pilar de la política exterior turca en la actualidad.

Turquía es un país cuya amistad y cooperación se buscan cada vez más en el escenario internacional, y cuyos esfuerzos activos se necesitan más para la resolución de disputas, así como que hace contribuciones concretas a la paz global a través de su política exterior emprendedora y humanitaria implementada tanto dentro como fuera de la región. Turquía se enorgullece de poder seguir a Atatürk y los principios fundamentales que estableció en nuestra política exterior.